Algunos criterios generales preliminares-1

Definición de algunos términos metodológicos

1. Introducción

El diccionario refleja el estado de la terminología en el ámbito de la descripción de los objetos líticos en arqueología, tal como ésta se usó en los textos seleccionados para el corpus. Registra una situación, que puede considerarse vigente en la medida en que lo son esos trabajos, sin intervenir en ella, mostrándola en sus efectivas relaciones. No se trata aquí de crear un léxico normativo y único en esta ciencia, sino de estudiar las variantes, de establecer la correspondencia entre los términos, de ir hacia una traducibilidad respetando los modismos locales. El objetivo es mostrar una situación y buscar correlaciones; no de normalizar.

Al principio de esta tarea, había planteado realizar una selección de los términos que irían a integrar el diccionario, con el criterio de privilegiar los que presentaran, desde el punto de vista de la arqueología, mayor eficacia para la descripción de los objetos líticos. El único criterio relativamente válido -ya que el alternativo sería un criterio de autoridad- para decidir acerca de tal eficacia, sería el estadístico. No me satisfizo esta exclusión de una notable cantidad de términos poco usados (ni aún los empleados una única vez), en cuanto cualquier término adquiere su valor específico al estar utilizado en un discurso, con independencia de la cantidad de apariciones que presente. Sólo algunos términos de gran generalidad, se han excluido.

Los términos que los textos del corpus usaron provienen en su mayoría del lenguaje cotidiano, pero también de otras ciencias como por ejemplo, la geología y la geometría. Algunas palabras que no aparecen en los diccionarios de la lengua y especializados consultados, han pasado desde otras lenguas manteniendo su forma original.

La lista es provisoria porque nuevos textos se irán incorporando al corpus y porque el análisis puede llevar a cambios en la consideración teórica de un término.

2. Presentación

En general, he tendido a no utilizar comillas para los términos que se transcriben del corpus -se trata de una retextualización de los textos del corpus originario- con el fin de hacer más legible esta parte del trabajo.1

En los listados a los que se accede pulsando alguna letra del alfabeto que se presenta en la parte de abajo de cualquier pantalla del sitio, las palabras están organizadas en familias de palabras, en las que se sigue, alfabéticamente dentro de cada categoría gramatical, el orden sustantivos, verbos, adjetivos. Una excepción a este orden es facial, adjetivo bajo el cual se han agrupado sustantivos que sólo se usan prefijados (bifaz, monofaz, unifaz, etc). Cuando solamente se ha utilizado en los textos un adjetivo, prefijado o no, éste aparece en el listado (la entrada es por esa forma, en orden alfabético (caso de subespiral). También puede ocurrir que un sustantivo y un adjetivo tengan la misma forma (como el caso de plano). Las palabras que en los listados de cada letra se presentan agrupadas, no necesariamente corresponden, siempre según el uso que se les ha dado en estos textos, al mismo concepto (sí están relacionados: corteza/cortex/descortezamiento/cortical en la letra C; no lo están en algunos textos: lado y lateral, por ejemplo. Lado se define en un texto como una superficie de la pieza, entre su eje morfológico y su borde; lateral está usado en general, como una de las posiciones según criterios internos o externos de orientación de la pieza; en algún caso, se ha usado lateral como sustantivo, como sinónimo de lado: "el lateral derecho..."). Los verbos van en infinitivo y los sustantivos o formas sustantivadas, cuando hay dos o más con la misma raíz, van por orden alfabético planteado en los criterios del párrafo anterior (agudeza/aguzamiento/aguzar/aguda, aguzada/o).2

Las palabras van en singular, aunque sólo se haya usado el plural (desecho -de talla, de retoque, etc.- está usado casi en todos los casos en plural; aún cuando el arqueólogo los describa individualmente, pertenecen a un proceso en el cual siempre son numéricamente masivos), excepto si el contexto lo exige ("Aletas (...) son las prominencias o puntos de la pieza en que se produce un estrechamiento de la base"; 04), y con el género en se haya usado. Cuando se han usado ambas formas, las terminaciones quedan indicadas en orden alfabético (aguzada/o).

Palabras en otra lengua, no castellanizadas: si son de uso recurrente (chopper, por ejemplo, que en los textos de Argentina denomina un tipo, pero en Cuba se traduce como tajador) van como cualquiera de los otros términos del castellano. Las palabras no castellanizadas, que los textos del corpus no definen explícitamente y que usan sólo alguna vez para efectuar una comparación o para ejemplificar (blattspitzen), no aparecen en este listado.3

El diccionario incluye las definiciones de términos simples (como por ejemplo, punta) y términos compuestos (como por ejemplo, punta de proyectil). He intentado seguir provisoriamente, y quizá con excepciones, los siguientes criterios: a) cuando las palabras que forman la expresión se usan también independientemente de ella, irá cada una en su lugar, en orden alfabético (golpe de buril: buril, golpe); b) cuando las palabras sólo se presentan juntas, la expresión completa entra en el listado por la primera palabra que la forma (materia prima); c) cuando una de las palabras varía independientemente y la otra sólo se presenta en la expresión, en el listado aparece solamente aquélla (punta de dardo: punta, ya que no se ha usado dardo de manera independiente en los textos del corpus, ni tampoco como parte de otro término complejo; punta se presenta como término simple y como parte de varios términos compuestos: punta de lanza, punta de proyectil, punta de flecha, etc.).

En cambio, en el Diccionario, presento aquellas expresiones que han sido definidas explícitamente en al menos un texto del corpus. Se transcriben a continuación del artículo del término simple que encabeza la expresión (por ejemplo, a continuación del artículo correspondiente a retoque se pueden ver las definiciones de todas las expresiones encabezadas por este término simple: retoque abrupto, retoque agudo, etc.). Cuando una expresión está encabezada por un término simple que no tiene entrada en el diccionario (o sea, que no se lo ha utilizado), se presenta la expresión en su orden alfabético del diccionario (por ejemplo, cambio de orientación del núcleo; cola de pescado; etc.); cuando se utilizan alternativamente y con el mismo sentido el término simple y la expresión encabezada por él, van en el mismo artículo y en la entrada de éste se presentan ambos en la misma línea, separados por una barra (por ejemplo, bulbo/bulbo de percusión). En estos casos, el artículo da cuenta de las diferencias de matices en caso de que las haya. Más allá del estado de la cuestión entre los especialistas respecto del tratamiento de sintagmas, mantuve finalmente esta opción de presentar las definiciones de todas aquellas expresiones usadas en los distintos trabajos del corpus, que estuviesen definidas explícitamente por quienes las usaron. Esta decisión no minimiza el problema de la delimitación de una expresión; meramente queda planteado el tema, quizás para algún futuro estudio sobre la categorización en el análisis lítico.

En algunas expresiones de los textos del corpus, los autores usaron guiones, de diversas maneras. En estos casos: a) cuando van a continuación de un prefijo, se eliminan los guiones (sub-esférico pasa a subesférico); b) cuando aparecen entre las palabras en expresiones tomadas de otras lenguas, se sigue el uso que esté más generalizado en los textos arqueológicos, o bien, en caso de una diversidad en el uso, se adopta el criterio de mantener los guiones (por ejemplo, el caso de chopping-tool, en que la lectura de los distintos autores, tanto los que pertenecen a la lengua de origen, como los que son de habla castellana, no muestra un criterio uniforme); c) cuando se trata de adjetivos precedidos por negación (no-retocado), entra bajo el término negado, o sea el adjetivo correspondiente, dado que el uso de negación y guiones precediendo un adjetivo no es regular en el corpus (por ejemplo, no retocado y no-retocado se utilizan indistintamente, incluso por un mismo autor); d) cuando relaciona sustantivo con adjetivo o con sustantivo, la expresión así formada (que, en el primero de los casos, funciona como adjetivo y en el segundo, como sustantivo) se mantiene como unidad, sin guión en el primer caso (centro-basal pasa a centrobasal, por ejemplo) y con guión en el segundo (percutor-compresor, por ejemplo); cuando relaciona dos adjetivos, funciona como otro adjetivo (cóncavo-convexo) y por lo tanto, también se mantiene como unidad, y con el correspondiente guión.

Hay palabras que aparecen con grafías que no son las habituales en los diccionarios de la lengua consultados (por ejemplo, prehensión, con el sentido de aprehensión y prensión, también utilizadas en los textos del corpus y que se definen en los diccionarios de la lengua consultados de manera semejante). Son variaciones que están efectivamente usadas en los textos del corpus, y que podrían estar indicando: características regionales en el uso u opciones individuales (también, por ejemplo, córtex o cortex (Colombia y Cuba) por corteza (Argentina, etc.), rejuvenización por rejuvenecimiento, husiforme por fusiforme, ástil por astil, escalariforme por escaleriforme, troncadura por truncadura, etc.); desplazamientos del sentido habitual de los términos (retiro, extracción, cuando estos verbos sustantivados designan la marca que queda en el objeto una vez que se le ha quitado parte de su masa, etc.). Eventuales errores ortográficos (como fasceta, utilizado de manera regular con el sentido de faceta, en uno de los autores) se corrigen si no hay dudas de que puedan estar indicando opciones no individuales. Las variaciones se presentarán en otra etapa del trabajo, cuando busque identificar aquellas cuyo uso inhabitual responda a las que podrían considerarse necesidades del lenguaje arqueológico.

Pueden tomarse como específicos al ámbito de lo lítico, los verbos que designan las acciones mediante las que se producen o usan los objetos. Muchos de tales verbos, cuando se sustantivizan, permiten hablar de formas, estados, aspectos, etc., en cuanto resultados de aquellas acciones. Un conjunto de términos constituido por verbos, verbos sustantivados, participios que funcionan como adjetivos, configuran de manera nuclear la posibilidad de representar el objeto lítico (como los que se relacionan con: acanalar, adelgazar, afilar, agotar, aguzar, alisar, astillar, biselar, burilar, desbastar, descortezar, destacar, desechar, embotar, enmangar, enastar, fracturar, golpear, lascar, percutir, presionar, retallar, retocar, tallar, etc). En cuanto a los adjetivos, salvo en algún caso excepcional, no se definen explícitamente en los textos del corpus, ni aparecen como aquello de lo que se habla, sino que se utilizan en esos textos para referirse a cualidades de otros elementos y, según los casos, se utilizan con el mismo sentido que en el lenguaje corriente o en la ciencia de la cual se toman. Todos los adjetivos entraron al diccionario según el uso dado por los autores (cuando no los definen transcribo del diccionario de la lengua lo específico de su empleo, en cursiva).

Al igual que la mayoría de los adjetivos y verbos, ciertos sustantivos que representan rasgos como por ejemplo: aspecto, ubicación, alto, ancho, largo, ángulo, forma, etc., se han considerado en los textos del corpus como en su uso cotidiano. Por ejemplo, Orquera y Piana establece al iniciar la descripción de las variables en que puede desplegarse cada rasgo, cómo se observa o cómo se mide y cómo se lo registra, realizando un desplazamiento desde la caracterización de cada término en su clasificación, hacia la aplicación de la terminología a la operación de observación y descripción de los objetos. Aunque el término que representa al rasgo aparece en los enunciados como nombre, no considero a éstas como definiciones, sino más bien como prescripciones en cuanto a las acciones del operador que describe los objetos mediante las indicaciones y conceptos de este texto; sin embargo, en algunos casos, provisoriamente, los he incluido. Por ejemplo, "El ángulo del bisel debe ser medido de manera perpendicular al...".

Hay términos del diccionario que se presentan una única vez en todo el corpus, lo que evidencia la participación del lenguaje espontáneo en el discurso (como abanico, ahusada, apiculado, aporcelanada, armadura, bisagra, borroso, bosquejar, caído, cintura, colateral, contraplano, costra, cruz, cuarteado, cuneiforme, decreciente, delineación, desgajados, enderezamiento, engrosada, enmascarado, ensancharse, entalladura, esfera, estrangulada, finísima, fogón, gancho, helicoidal, husiforme, imbricado, íntegra, lágrima, lanceta, losa, luna, lunado, medial, orilla, periforme, prisma, prolijar, punción, punzar, punzocortante, puñal, rayas, rectificación, remontaje, rústico, semicírculo, semicortante, seudorretoque, sobreinclinado, subcilíndrica, subrecta, tenacidad, tridireccional, unipunta, y muchos otros). Algunos otros términos, de uso fugaz, se omitieron porque además tienen poca relación con la materia del diccionario.

(Actualización)

3. ¿Por qué "del uso"?

Según María Moliner (1997: IX), "de uso" se refiere a la capacidad de un diccionario (de la lengua) de orientar o guiar al usuario, de descartar el uso ilegítimo y ayudarlo a encaminarse hacia el uso legítimo de una palabra.

En esta investigación, y en esta tarea de elaboración de un diccionario a partir de un corpus, "uso" se relaciona con el método empleado, el análisis de discurso de origen foucaultiano (Foucault, 1969), y el punto de vista constructivista en que se basa: el discurso construye los objetos de la ciencia; aquello que no está dicho, no es objeto de la ciencia, en el sentido de un objeto de conocimiento particular o ámbito determinado. De este objeto de conocimiento de la arqueología puede hablarse y puede ser analizado y discutido, porque en algún enunciado (al menos uno) es una unidad terminológica que se encuentra en determinada relación funcional con los demás términos de su contexto. La función de un término en un texto es, en este diccionario, el "uso" del término en ese texto.

Hay diversos métodos para recuperar el sentido de las unidades de un texto o fragmento de texto; aquí he optado porque la recuperación se haga a partir de lo efectivamente dicho en el texto, trabajando sobre esa contextualidad, desarmando y volviendo a armar, mediante un método explícito, ya sea enunciados o definiciones contextuales, de tal modo que pueda justificar cada una de las decisiones tomadas, para que pueda decirse de cada término "este es el sentido que tal término adquiere en este enunciado".4

4. Segmentación del corpus

He numerado los parágrafos de cada texto del corpus y segmentado cada parágrafo en unidades que pueden denominarse (Foucault, 1969: 105-115) enunciados. Para realizar esta segmentación fue necesario recuperar los implícitos e integrar los títulos y subtítulos en cada unidad de segmentación y atender, dada la riqueza de este lenguaje, a los niveles de discurso empleados, ya que tan pronto se describen en los textos piezas concretas,como se definen términos o se ponen en secuencia nombres de categorías. Esta diversificación (denominar las cosas, integrar las características de un concepto, definir términos) obligó a reelaborar las unidades segmentadas para que, por un lado, cada uno de los enunciados tuviese suficiente grado de generalidad como para poder organizar con ellos, en la intersección de cada término dado, la red correspondiente y, por el otro lado, poder recuperar de entre ellos las eventuales definiciones explícitas.

El enunciado es un segmento sintácticamente mínimo (frase nominal (FN) y sus eventuales modalizadores, más la frase verbal (FV) y sus eventuales modalizadores) que también semánticamente, desde el punto de vista arqueológico, puede considerarse una unidad mínima. Los enunciados llevan entre paréntesis un número que los vincula al texto del que provienen, remitiendo al Listado de textos del corpus.

A partir de los enunciados se recuperan las definiciones explícitas de los autores de estos textos y se organizan las redes. En general, he diferenciado los enunciados según el término que en ellos sea el elemento nuclear o cabeza del enunciado (ese término podrá ser el que se defina en una definición explícita) o cumpla en el enunciado una función secundaria, de complemento (en ambos casos, el término puede encabezar un nodo de una red).

(ACTUALIZACIÓN respecto de la Delimitación del corpus y la segmentación de los textos)

5. Organización de las redes

Cada red consiste en un conjunto de enunciados agrupados bajo diversos niveles de un nodo, que es un término (simple o compuesto). El enunciado contiene ese término en alguna de estas formas: como frase nominal (puede ser con modalizadores), como frase verbal (con o sin modalizadores), como modalizador (de la frase nominal o de la frase verbal). Aquellos enunciados que contienen al término como frase nominal, permiten organizar las definiciones explícitas (si cumplen determinadas condiciones), y/o se integran a la correspondiente red. En las redes que presento, los enunciados están separados por autor o texto, para mayor claridad de lectura, en esta etapa.5

(Actualización)

6. Los artículos del diccionario

Los artículos del diccionario incluyen: a) el/los términos (simples o expresiones) de la entrada; b) la transcripción de las definiciones explícitas, en caso de haberlas (se presentan como una lista de enunciados, identificada por letras); c) la síntesis, que se realiza a partir de la red construida con el conjunto de enunciados en que se habla del término y que permite una extensión o profundización de los conocimientos que ofrece la o las definiciones explícitas disponibles de ese término; se incluye también la sinonimia posible (o la explícitamente dicha en el texto del corpus). En algunos trabajos, esta información complementaria puede aparecer incluso como contradictoria con la definición explícita; d) un listado de términos, al final de cada entrada, lleva a la red del término resaltado permitiendo así evaluar la clase de contexto en que se lo usó en el texto del corpus (si es adjetivo, con qué términos se asocia; si es sustantivo, en la definición de qué otros términos interviene); e) la remisión a la red semántica del término que es entrada; f) los textos del corpus en los que se utilizó tal término.

Lo presentado en cada artículo no agota el significado o conjunto de sentidos que tiene el término de entrada al que corresponde; simplemente muestra el estado de la terminología tal como ésta puede recuperarse desde los textos del corpus. Hay tres aspectos fundamentales: las definiciones explícitas de los autores, la síntesis que posibilitan las redes, y los enunciados dispersos que pueden captarse en las redes siguiendo los hipervínculos de los términos listados al final de cada artículo. Éstos confluyen, permitiendo reconstruir el concreto aspecto del significado con el que se ha usado en esos textos del corpus o bien, permiten -de la misma manera que lo hace un sitio arqueológico bien estudiado y preservado para otros investigadores- nuevas interpretaciones, el planteo de nuevos problemas o el aporte de soluciones diferentes (para estudiar los términos o para usarlos en su aplicación específica).

Cuando alguno de los términos de un artículo se relaciona con más de un lugar en la red (como por ejemplo, la palabra "cicatriz" que, como muchas otras, remite a más de un enunciado de la red de "astillamiento"), la remisión es al título de la red de destino; el lector tendrá que buscar la correspondencia.

La relación entre el texto y los dibujos que ilustran algunos trabajos del corpus, es un aspecto cuyo estudio he comenzado, pero aún no está disponible para el diccionario. En algunos casos, he tenido en cuenta tal relación para poder reconstruir determinados enunciados (por ejemplo, por los dibujos de su texto puede verse que Bate llama "cicatriz" a un elemento individual que colectivamente denomina "astillamiento"; por otro lado, la diferencia entre tajador simple y tajador complejo -chopper y chopping-tool en otros textos- se aclara en el Glosario de Febles gracias a los dibujos).

(ACTUALIZACIÓN sobre entradas y redes)

7. Definiciones explícitas

Para identificar las definiciones explícitas he adoptado provisionalmente el criterio de realizar una diferenciación en los enunciados del corpus entre definiciones completas o formales y definiciones incompletas o semiformales (Pearson, 1998: 5-6; cap. 7). En las definiciones completas o formales, el término que se define está descripto mediante su superordinado y las características que lo distinguen. Esta forma de definición puede relacionarse con la definición explícita a recuperar de los textos del corpus, mediante algunos ajustes que se vinculan con las variadas maneras de decir las cosas en arqueología. El esquema de tales definiciones es "X=Y+características distintivas".

 En las definiciones incompletas o semiformales, no se describe el término a partir de su superordinado, sino por sus propias características distintivas. El esquema correspondiente es "X=Y", donde Y tiene un contenido variable (puede ser un complemento de X, un término equivalente, etc.); las distintas formas de definir que presentan los textos estudiados pueden verse en las notas y observaciones que constituyen estos criterios. Estas definiciones pueden equipararse a las definiciones implícitas, que forman la mayor parte de los enunciados recogidos de este corpus. Es posible formar cuatro grupos de definiciones implícitas según que el término que se estudia esté en la frase nominal (FN), en el modalizador de la FN, en la frase verbal (FV), o en el modalizador de la FV.

 Algunos términos se definen explícitamente en textos del corpus y se utilizan allí en muchos otros enunciados no definicionales. En estos casos se cuenta, para el término en estudio, con la definición explícita más la definición que resulta al realizar una síntesis con el resto de los enunciados que contienen ese término (las definiciones implícitas). ¿Son ambas definiciones coherentes entre sí? No siempre. Otros términos se definen y luego no se usan; a la inversa, en la mayor parte de los textos, se usan términos que no se han definido en ningún lado explícitamente y cuyo conocimiento los autores dan por supuesto.

El concepto de definición explícita por el que he optado, al menos provisoriamente, comprende, entonces, aquel fragmento de texto que consiste en un definiendum, el verbo copulativo "es" (singular o plural, que a veces reemplaza signos de puntuación, etc.), un superordinado y la descripción de propiedades de éste. Esta secuencia suele estar delimitada en los textos mediante los puntos que acotan una oración dentro de, por ejemplo, un parágrafo. Desde el punto de vista de la sola sintaxis, el costo de la aplicación estricta de este criterio es dejar de lado en numerosas ocasiones la continuación de esa pequeña secuencia de discurso a lo largo de algunas oraciones más, dentro, por lo general, del mismo parágrafo y que suelen ampliar, extender, profundizar o limitar las características del superordinado y/o del definiendum. No he considerado, también provisoriamente, esas continuaciones como parte de las definiciones explícitas. Esta manera de decir (definición+extensiones) es uno de los rasgos característicos del discurso arqueológico, que define algo y luego lo sigue narrando, clasificando o estipulando cualidades hasta agotar sus posibilidades en algún respecto. Esas ampliaciones se recuperan en las definiciones implícitas, que sirven de base al diccionario. Por ejemplo, Bate define formalmente "lámina" y luego continúan algunas referencias a las características de la lámina ("La sección de las láminas es generalmente baja", "El dorso de las láminas presenta cicatrices longitudinales", "Las cicatrices longitudinales del dorso de la lámina indican el desprendimiento de láminas anteriores". Estas expansiones se recuperan en las definiciones de los términos: sección, dorso, cicatriz).

 Ciertos términos que representan categorías de alguna abstracción, y que se relacionan más con modelos y marcos teóricos que con la terminología empleada para describir objetos líticos individuales, a veces se incluyeron (por ejemplo, industria). Si es posible hablar de la arqueología como de una ciencia que, siendo ciencia social participa, a la vez, de ciertas aproximaciones a la ciencia natural, entonces se puede decir que los términos como el de industria, son más propios de su carácter de ciencia social, mientras que la descripción de los objetos líticos individuales encuentra su lugar más cerca de la ciencia natural. También he tendido a excluir ciertos términos que han sido usados de manera simplemente retórica y, asimismo, aquellos en los que algunos de los autores se refieren a la elaboración de sus propios criterios y procesos en un nivel más especulativo que el de las descripciones de términos y objetos.

 La libertad de los autores de estos trabajos en la construcción de las secuencias de definiciones o elementos de clasificaciones se manifiesta en algunos casos en la alternancia, dentro de una misma secuencia de parágrafos, de definiciones, meras descripciones o listados de cualidades (esta característica ya mencionada, es compartida por todos los textos del corpus en algún momento de su desarrollo). La mayoría de los enunciados de los trabajos del corpus son extensionales y corresponden a agrupamientos tipológicos o a narraciones (en el sentido de Munslow, 1997) que dan cuenta del aspecto de objetos concretos individuales que el autor manipula o tiene en mente en el momento de realizar el fragmento de texto; sin embargo, aún en esa actividad de dar cuenta de las concretas piezas que manipula, el arqueólogo puede estar definiendo. Así, cuando se refiere a un conjunto de elementos que está clasificando en su mesa y dice "Se pueden considerar como artefactos, los elementos que muestren atributos físicos resultantes de la actividad humana" (López, 05), donde "artefactos" está siendo empleada como término, como aquel nombre bajo el cual puedan agruparse los elementos observados que muestren los atributos físicos resultantes de la actividad humana, se considera ese enunciado como definición explícita.

Al no estar definidos explícitamente la mayoría de los términos en estos textos y teniendo en cuenta que, con la excepción de la Convención de Córdoba, las definiciones existentes se basan en el universo limitado de objetos cuyo estudio motivó el texto en cada caso, prefiero considerar como definición explícita cualquier enunciado que pueda considerarse compatible con la forma por la que he optado aquí, o sea, "X=Y+características distintivas". Determinados signos de puntuación (paréntesis, dos puntos, entre comas, etc.) y asimismo, la disyunción a veces, pueden interpretarse en algunos casos como "es" (o "son"). La condición es que permitan recuperar una definición formal (por ejemplo, "Punta (extremo penetrante definido por dos lados convergentes)" (Mena, 11), puede transcribirse, eliminando los paréntesis, como "Punta {es} extremo..." y, en cambio, no así, "Macrohuellas (rasgos lineales, daños en borde, residuos en borde, pátina)" (Mena, 11) porque el conector que permitiría eliminar los paréntesis no es "son", sino "incluye"; es decir, se trata de una enumeración, de una clasificación, no importa cuán exhaustiva, de aquellos elementos observables que en concepto del autor, pueden atribuirse a la categoría de lo que llama macrohuellas. Es necesario tener en cuenta que la lingüística, especialmente en cuanto al estudio cognitivo del lenguaje, se ha ocupado no poco de la diferencia entre definir y clasificar; este límite, a veces difícil de establecer para el no especialista, se encara en este diccionario mediante la opción por los criterios ya dichos, al menos mientras la experiencia con los materiales textuales sobre los que se trabaja lleven a optar por otras operaciones. El uso de ":" en los textos estudiados es muy variado. Por ejemplo los siguientes enunciados pertenecen a parágrafos más o menos sucesivos de un mismo texto (08), en que el autor va definiendo algunos términos (la numeración es sólo a los efectos de hacer más claro el ejemplo):

1. "Choppers: Se conocen en la literatura internacional como choppers, los guijarros..."
2. "Chopping tools: Se trata de guijarros tallados..."
3. "Raspadores sobre bloque: Instrumentos efectuados sobre..."
4. "Artefactos multifuncionales: A partir de un guijarro se elaboran instrumentos con..."
5. "Núcleos: Corresponden a los bloques de materia prima sobre los cuales..."
6. "Desechos de talla: Provienen de los desperdicios, producto de..."
7. "Esquirlas: Se consideran esquirlas los desechos de desbastamiento..."

Pueden considerarse definiciones explícitas: la primera, donde el autor recurre, aceptándola, a una definición ajena; la segunda, donde "se trata" puede considerarse "son"; la tercera, en la cual la misma transformación es posible sobre los dos puntos; la quinta, porque "corresponden" puede equivaler a "son"; la séptima, que lo es sin necesidad de modificar nada. La cuarta y sexta, no son definiciones porque no tienen la forma antes establecida.

En cuanto a la disyunción, por ejemplo, en el caso de "astilla o esquirla: fragmento no utilizable que..." (13), se duplica la definición ("Astilla es un fragmento no utilizable que..." y "Esquirla es un fragmento no utilizable que..."), siendo ambas, definiciones explícitas. En otro ejemplo, (04): "Aletas, aristas u hombros de la punta pedunculada son las prominencias o puntos de la pieza en que...", a pesar de que las aletas, los hombros y las aristas se definen de manera similar en el texto, con hombros y aristas, otros autores se refieren además a distintos objetos, no sólo a las aletas, en diversos enunciados. Así, algunos textos dicen que hombro es una forma de aleta (01), una característica de los raspadores (02) o de las acuminaciones (12) y arista aparece relacionado con características de diversos elementos de las piezas (por ejemplo, la cara dorsal de las lascas, el talón, percutores, yunques, núcleos, nervaduras, una vista del filo, el borde o el bisel de la pieza, etc.). En cuanto a las remisiones, como por ejemplo (13) "Biface: ver Bifaz", también indican una propuesta de igual definición para los dos términos (lo cual no siempre se efectiviza en el uso de los mismos a lo largo del texto).

Para los enunciados originados en la recuperación de anáforas o de títulos o implícitos diversos, sigo el mismo criterio que para el resto de los enunciados: si esta recuperación permite construir una definición formal, entonces registro el enunciado como definición explícita.6

(ACTUALIZACIÓN) (noviembre del 2001)

Notas

1 Como ha ocurrido en otros aspectos, a veces hubo necesidad de contemplar excepciones, especialmente por razones de claridad.

2 Actualicé la presentación de los listados de palabras en julio de 2005. Para una mayor claridad, el orden de los listados es alfabético, independientemente de la categoría gramatical y de las familias de palabras.

3 En una revisión de algunos textos más recientes, he notado un aumento en el uso de términos no traducidos del original (francés o inglés). En estos casos, no se los suele definir (remitirían a sus definiciones en la lengua en que se originaron). Por ejemplo, "debris" y "debitage". Provisoriamente, los he considerado, con la observación sobre su origen (julio, 2005).

4 Ver mi trabajo Desarrollo de un diccionario de arqueología en Argentina.

5 Hay algunos términos que carecen de red semántica, en general, esto ocurre cuando han tenido solamente uno o dos usos (como macerador o tabular), o cuando se trata de términos que no tienen referente arqueológico, pero han sido usados para definir otros (por ejemplo, alrededor).

6 Este criterio tan excluyente de la definición formal se fue dejando de lado, a favor de la inclusión como definiciones explícitas, de enunciados más libres que sin embargo pueden reconducirse a una definición.

8. Bibliografía
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